Finlandia, la casa de Papá Noel

La magia de Laponia, tierra de Papá Noel, cautivará a los niños y hará perennes tus deseos navideños: ¡su naturaleza polar te hechizará! Llegado el invierno, Finlandia desprende un halo de fantasía. Sus paisajes nevados y los deseos de los más pequeños por conocer a Papá Noel, hacen de esta estación la más idónea para visitar Finlandia con tu familia. Las sensaciones y experiencias que viviréis en Finlandia serán inolvidables. Los más pequeños podrán conocer cómo se fabrica la Navidad; un lugar tan repleto de fantasía como Laponia finlandesa enamora con total seguridad. Tendrás la sensación de estar viviendo dentro del mejor “Cuento de Navidad”. Los árboles cubiertos de nieve, sus cielos estrellados, los afables renos, los trineos y las esquivas y románticas auroras boreales harán que nunca olvidéis esa imagen. Laponia finlandesa ofrece un gran número de actividades para que disfrutes con tu familia: paseos en trineo tirado por perros o renos, recorridos en motonieve, zambullidas en el hielo o relajantes saunas. Finlandia te hipnotizará. Además, Helsinki, la capital de Finlandia, nos dará la bienvenida con su serena y encantadora arquitectura. Ciudad costera con su litoral salpicado de hermosas islas, sus grandes parques, bosques y lagos, son la evidencia de todo lo que nos puede ofrecer. Su ocio nocturno y el elevado número de restaurantes de calidad harán las delicias de nuestros paladares con su excelente comida nórdica. Helsinki está en continuo movimiento pero, a la vez, presume de un ritmo relajado. Finlandia roza el paroxismo de la belleza en cualquier época del año; sus auroras boreales o su sol de medianoche son testigos de esa magia que todo lo inunda. La recogida de frutos del bosque o las legendarias saunas son el testimonio de su tradición. Su naturaleza salvaje, sus lagos prístinos y sus vanguardias la definen inequívocamente. Laponia finlandesa desprende un halo mágico que la convierte en un destino muy especial a la hora de preparar nuestras vacaciones en familia. Situada en el extremo norte de Europa, Laponia es un lugar lleno de fantasía y Navidad, donde Papá Noel y sus fieles elfos no paran de trabajar para hacer realidad los sueños y deseos de todos los niños del mundo. Si te gusta pasar tiempo en familia, si te fascina viajar y descubrir nuevas experiencias, estamos convencidos que Laponia será todo un acierto. Será un recuerdo imborrable, un regalo para tus hijos que jamás olvidarán. Un precioso lugar donde podréis conocer a Papa Noel personalmente y entregarle una carta personalmente, incluso oír una historia secreta de Navidad y poder cantar unos villancicos. Sin duda, ver la cara de los niños en ese instante mágico será un momento increíble para toda la familia. Pero, además, Laponia es el lugar preferido de los niños: repleto de la mejor nieve para jugar, naturaleza para descubrir y donde poder practicar actividades poco habituales de manera cotidiana.

Viajar con niños a Laponia requiere de algunos preparativos especiales, ya que a la hora de viajar en familia no conviene dejar nada a la improvisación. Nuestro destino preferido se encuentra a poco más de 4 horas de vuelo desde España, por eso no es un trayecto especialmente complicado. Si se entretienen con alguna película o juego, el vuelo a Laponia será sencillo. Recuerda que durante el vuelo los niños no deben ir excesivamente abrigados. El trayecto del avión a la terminal y al autobús será el tiempo máximo que estarán al aire libre antes de recibir la equipación térmica que encontrarás en tu cabaña. Es importante que nuestro cuerpo genere una capa de calor y que el traje lo mantenga. Si el traje está demasiado ajustado, esa capa de calor se pierde y la función del traje también. Lo mismo sucede con las botas que nos entregan, por lo que es preferible usar un par de números más, teniendo en cuenta que llevaremos doble calcetín. Una vez bien equipados, podemos jugar en la nieve, pues los trajes son impermeables y cortan el viento. De todos modos, es preferible que el traje se mantenga seco y por este motivo en los hoteles suelen haber instaladas unas secadoras, estilo neveras, para poder colgar los trajes térmicos. Los edificios, restaurantes, etc. están bien climatizados y deberemos quitarnos el traje cada vez que accedamos al interior. Los guantes y gorros son elementos imprescindibles y siempre debemos supervisar que los niños los usan correctamente. Viajar con niños a Laponia requiere una preparación correcta del equipaje, para ello echa un vistazo a nuestras recomendaciones

Los alojamientos más típicos de Finlandia nos ofrecen un sinfín de posibilidades por su ubicación privilegiada en unos entornos naturales extraordinarios. Estas cabañas se encuentran en los parajes más bellos del país, rodeadas de bosques, en las orillas de estupendos lagos o en bellas islas e islotes. Suelen tener grandes ventanales, típicos de la arquitectura escandinava, que nos ofrecerán unas magníficas vistas del exterior, donde podréis disfrutar en verano del Sol de Medianoche o de las maravillosas auroras boreales en invierno.

La época más adecuada para viajar con los niños a Laponia es Semana Santa por las numerosas horas de sol y temperaturas más suaves. Pero sin duda, las fechas más especiales y preferidas son el puente de diciembre, Navidad, Fin de Año y Reyes, porque llegado el invierno, Finlandia desprende un halo de fantasía con sus paisajes nevados y los deseos de los más pequeños por conocer a Papá Noel, lo que convierte esta estación en la más idónea para visitar Finlandia con tu familia.

Utsjoki, Saariselkä e Inari son algunos de los mejores rincones de Finlandia para poder contemplar las auroras boreales en todo su esplendor. La mejor época para divisarlas va desde mediados de agosto hasta mediados de abril, época en la que la mayor actividad solar se hace notar en este magnífico entorno. Contemplar una aurora boreal es un privilegio que detiene el tiempo y lo envuelve de magia, un momento en el que la ciencia y la leyenda nos ofrecen un espectáculo de una belleza infinita, lo que para unos es un llamativo fenómeno atmosférico, para otros son las chispas que se desprenden de la cola de un legendario zorro ártico que cruza las mesetas o las rítmicas danzas de las valkirias que cabalgar el gélido horizonte.

Es fundamental la visita a la Aldea de Papá Noel en Rovaniemi. Situada a las afueras de la capital de Laponia, y abierta todo el año, podréis tener una entrevista privada con el famoso personaje, visitar la Oficina de Correos de Santa Claus y enviar una carta con el matasellos oficial, además de visitar diferentes tiendas y lugares relacionados con la Navidad.

El pueblo Sami es un imprescindible de Laponia, reflejo del tradicional estilo de vida de la región, nos ofrece las actividades que más gustan a los niños y a los no tan niños, como los paseos por la nieve en trineos tirados por renos o por perros huskies, una actividad única realizada en el mejor de los entornos, el círculo polar Ártico. Esquiar en las numerosas estaciones de esquí o patinar en pistas e incluso en lagos helados son otras de las muchas actividades que se pueden hacer en Finlandia durante el invierno.

Una de las actividades favoritas de los finlandeses son las saunas, cuyo número supera a sus habitantes. Desde los más pequeños a los más mayores, será fácil disfrutar del relax de una buena sauna y del vapor que desprenden sus piedras calientes, más conocido como Löly. Del mismo modo los spas en Finlandia son ideales, con numerosas piscinas interiores y exteriores, muchas veces situados en unos entornos magníficos donde la naturaleza es partícipe de estos circuitos termolúdicos.

Mas allá de Laponia, Finlandia es un destino ideal que ofrece un gran número de posibilidades para disfrutar en familia. Sus paisajes naturales, con cerca de doscientos mil lagos, sus parques nacionales o sus acogedoras ciudades como Helsinki, Tampere o Turku son la evidencia de todo lo que podremos encontrar. En sus numerosos lagos disfrutaremos en familia con divertidos paseos en canoas, motos acuáticas o en pequeñas embarcaciones, además de rafting y otros deportes de remo que pueden realizarse en familia en Koli o en Lieksa, donde están los rápidos del Ruunaa; sus parques nacionales nos acercarán su magnífica naturaleza en unos espacios en los que podremos practicar senderismo o ciclismo de montaña en sus cerca de 900 kilómetros de bucólicos senderos abiertos. Otra actividad muy recomendable son los parques de aventuras en los árboles, donde hay numerosos circuitos de diferentes dificultades y suponen una buena forma de divertirse en plena naturaleza.

Naantali es una agradable ciudad de la costa este de Finlandia, situada a las afueras de Turku, ideal para visitar en familia porque allí se encuentra Moomin World, uno de los sitios preferidos y más visitados de Finlandia, dedicado a los famosos personajes de dibujos animados creados por Tove Jansson: los Mumins. El barco pirata Rosita, amarrado junto a la entrada del Moomin Worl, llevará a los niños a la isla de Väski, a un kilómetro de la costa, donde podrán aventurarse por varios senderos, hacer escalada, tiro al arco o buscar oro; Tampere es la tercera ciudad más grande de Finlandia y alberga el parque de atracciones de Särkänniemi que es uno de los grandes atractivos de la ciudad. Situado en las orillas del lago Näsijärvi, sus numerosas atracciones harán las delicias de toda la familia; al este de Finlandia podemos encontrar una de las atracciones turísticas más antiguas del país: los rápidos de Imatra. Además, allí al lado se encuentra un hotel familiar muy especial que recuerda a un castillo de cuento de hadas: el Imatran Valtionhotelli, de principios del siglo XX, al que acudía la aristocracia imperial de San Petersburgo; en Espoo, a un paso de Helsinki, se encuentra el Duudsonit Activity Park, un parque lúdico para toda la familia en el que la diversión está asegurada con sus trampolines gigantes, zonas de escalada, canchas de fútbol y baloncesto, paintball, un simulador de carreras y mucho más. Tiene sede en Seinajoki, en el centro de Finlandia y en Tornio, cerca de Oulu.

Finlandia resplandece en cualquier época del año; sus auroras boreales o su sol de medianoche son testigos de esa magia que todo lo inunda. La recogida de frutos del bosque o las legendarias saunas son el testimonio de su tradición. Su naturaleza salvaje, sus lagos prístinos y sus vanguardias la definen inequívocamente.

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