Polonia es uno de los países más grandes de Europa. Su historia está repleta de conflictos que estremecieron sus cimientos pero que la dotaron de una gran riqueza monumental y cultural; junto con paisajes de gran belleza, Polonia es un buen destino para nuestras vacaciones en familia. Uno de los atractivos de Polonia son sus ciudades, reflejo de los avatares históricos que perfilaron su legado cultural y que caracterizan su historia. Algunas de ellas, aun poco conocidas, albergan verdaderos tesoros arquitectónicos, otras, las más famosas, definen el país.

Varsovia, su capital, situada en el centro del país a orillas del Vístula, es el fiel reflejo de los siglos que convulsionaron y formaron la actual Polonia. La Plaza del Mercado, centro neurálgico de la ciudad vieja, es uno de los ejemplos de la reconstrucción casi total llevada a cabo por los varsovianos tras la devastación hitleriana en la Segunda Guerra Mundial. La meticulosa restauración de la Ciudad Vieja la ha declarado Patrimonio de la Humanidad; allí vuelven a brillar sus iglesias y palacios, como el barroco Wilanów. Las más de cuatro décadas de hegemonía soviética sobre el país tuvieron un claro reflejo en su arquitectura, y buena prueba de ello es el colosal edificio del Palacio Cultural de Varsovia, uno de los símbolos de la ciudad en la actualidad. Dicen que la más cruel historia tiene que ser recordada para que no vuelva a repetirse: será una experiencia difícil de olvidar pasear por lo que fue el gueto de Varsovia, lugar en el que fueron confinados cientos de miles de judíos durante la ocupación nazi.

Otra visita impacta, aunque dura, es la de alguno de los campos de concentración que se hicieron tristemente famosos durante la guerra: Auschwitz, al sur del país, es posiblemente el más impresionante.

Cracovia es la ciudad más monumental del país; antigua capital de Polonia, se extiende a los pies del Castillo de Wawel que se levanta en una colina junto a su magnífica Catedral. Su famosa y turística Plaza del Mercado, centro mercantil de la ciudad medieval, es el testimonio más claro de su fascinante pasado histórico; con exquisitos puestos de todo tipo de artículos de ámbar -es uno de objetos más preciados y famosos-, la ciudad cuenta incluso con un museo específico del ámbar. Son destacables, asimismo, magníficas iglesias como la Basílica de Santa María o las de Santa Bárbara y de San Adalberto. También sobresale la Lonja de los Paños y la Torre del Ayuntamiento.

Merecen también ser visitadas ciudades como: Wroclaw, la Venecia de la Baja Silesia, se asienta sobre doce islas comunicadas a través de más de cien puentes; destaca el Centro del Centenario que marcó un hito en la historia de la construcción con hormigón armado de principios del siglo pasado; Gdansk, ciudad portuaria, es famosa por la Ruta Real que discurre por su monumental  calle Dugla, flanqueada por impresionantes fachadas y en la que destacan las puertas Alta, Dorada y Verde; el Ayuntamiento con su magnífica fachada y su esbelta torre y la fuente de Neptuno, símbolo de la ciudad; otras dos visitas que merecen la pena son la Ciudad Vieja de Zamosc y la Ciudad Medieval de Torun.

A la riqueza monumental del país se une un patrimonio natural de enorme belleza con ejemplos como los siguientes: el Bosque de Bialowieza, reserva natural situada en la cuenca de los ríos que discurren hacia el Mar Báltico, donde sus antiguos bosques albergan una rica fauna en la que destacan lobos, linces y nutrias; además es famoso por la reintroducción de bisontes europeos. Los depósitos de roca salina explotadas en las Reales Minas de sal de Wieliczka y Bochnia, ilustran su glorioso pasado: con sus profundas y extensas galerías con obras de arte, capillas subterráneas y estatuas esculpidas en sal, son una visita obligada; o Zakopane, al pie de las montañas Tatra, que nos ofrece una amplia oferta turística que va desde la visita a sus pintorescas casas e iglesias de madera, hasta los deportes de invierno que podemos desarrollar en este bello entorno. Polonia nos sorprenderá por su variedad de destinos y visitas a realizar. Sus monumentales ciudades, hermosos castillos, iglesias y palacios, y su bello entorno natural, nos harán ver que viajar a Polonia merece la pena.

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